Cada testimonio es una ventana abierta a experiencias únicas, llenas de desafíos, superaciones y momentos inspiradores que reflejan la fortaleza y la resiliencia del espíritu humano.
Estos relatos buscan no solo conmover, sino también ofrecer esperanza y motivación a quienes los lean. A través de estas historias reales, queremos mostrar que, sin importar las circunstancias, siempre es posible encontrar luz y aprendizaje en el camino.
“Etimológicamente hablando, su nombre podría ser un derivado de Malka (rey o reina en arameo), y según el perfil numerológico, con una personalidad responsable, protectora, equilibrada, amorosa y compasiva. Totalmente acorde a nuestra inolvidable amiga.” •Eduardo Camacho
“Cuando vino en una edad adulta a platicar conmigo sobre un problema personal, era muy cálida, y recordamos muchas cosas, siempre dándome mi lugar. Me parecía increíble porque se había volcado el divertimento de niñas en una plática de dos mujeres hablando del problema de una madre. Era médico, amiga, paciente y ese es un trinomio no común. Trataba de ayudar y veía cómo iban las cosas emocionales y su resistencia y fortaleza. Siempre estaba, pero había momentos de fragilidad muy entendible. Era un momento de escape, de entender y de oír sugerencias. Pero sus cualidades siempre las mantuvo, la escritura, la apertura, la inteligencia, la lectura, la capacidad de contestar y responder, eso la distinguía hasta en los momentos difíciles, cuando interpretaba las explicaciones médicas. Muy admirable.” •Dra. Raquel Gerson
“Fuimos vecinos desde jóvenes en Patriotismo y Benjamín Franklin, cuando los niños estaban chicos, junto con los Bernstein, ahí crecieron nuestros hijos. ¡Éramos jóvenes, guapas y bellas!, y nos íbamos al parque con los niños. Éramos como una gran familia. Malke para mí fue una señorona, muy inteligente, muy buena amiga, muy buena madre e hija, muy buena en todo. La quería como mi hermana porque yo no tengo hermanos. Me apoyó mucho en mi vida y su opinión era muy importante.” •Esther Kalb
“Malke fue una persona maravillosa. En las fiestas o reuniones nunca se sentaba porque estaba pendiente hasta del último detalle, porque todo el mundo tenía que estar súper bien.” •Carmen Ziman
“Yo conviví mucho con Malke cuando íbamos a viajes culturales organizados por los Bonos del Estado de Israel, íbamos primero a un lugar en África o en Europa y después íbamos a Israel. Conocíamos a gente muy importante e interesante y nos uníamos en Israel, escuchábamos a gente patriota que nos inspiraba a ayudar. La impresión que siempre tuve de ella es de una mujer brillante, inteligente, y muy bonita. Una persona muy culta y muy fina, tenía sabiduría. Ella ayudaba siempre.” •Clara Lieberman
“Yuri y Malke siempre fueron y son grandes personas. Mi tía era súper, espléndida, muy orgullosa siempre de su esposo. Con mis primos tuvimos una buena relación. Malke era feliz haciendo reuniones en su casa. Organizaba muchas fiestas a las que invitaba gente muy diversa, cantantes, arquitectos muy famosos, pintores, gente muy diferente. De hecho, siempre nos preguntábamos «ahora a ver con qué sorpresa nos va a salir». Malke no tenía prejuicios, no le importaba si sus conocidos eran homosexuales, lesbianas o marihuanos. Siempre trataba a todos por igual. Tenía un muy buen trato hacia la gente.” Berele Pier
“Mi esposo era primo de Malke. Elena y José eran lindos, una pareja clásica y tradicional de aquellos años. Convivíamos en familia. Yo los conocía a ellos como amigos. A José le encantaba la comida China y los tacos de Tepito, ya que eran los rumbos de aquella época donde se desenvolvía la gente. Elena era más fina, una persona sumamente dedicada a su familia, con todo el amor y preocupación de que sus hijas siempre estuvieran bien. Cuando fallecen Elena y José, seguimos conviviendo con mucha frecuencia con Malke y Yuri, ya que los primos se querían muchísimo, y cuando íbamos a la ciudad nos reuníamos y celebrábamos el cumpleaños de Malke. Para mí Malke fue todo un ejemplo muy hermoso. Era sumamente especial para nosotros, una gran anfitriona, maravillosa. Una mujer que nunca se sentaba porque estaba pendiente del último detalle. Todos teníamos que estar muy bien cuando estábamos con ella. Dan ahora continúa reuniéndonos a pesar de que mi esposo ya no vive. Nos ha apoyado muchísimo.” •Carmen Ziman
“Lo que más risa me daba era que, aparte de ser escritora, poetiza, etcétera, le gustaba también la tejida y desde luego el cigarro. Cuando yo me enteré que tejía le pregunté, «¿tejes, Malke?» Me respondió que sí y me dijo que, de hecho, cuando contrataba a alguien para el servicio de la casa le preguntaba si sabía tejer, y si no, no la contrataba. Es que era bárbara y además tejía precioso.” •Graciela Morquecho
“Ella fue mi maestra particular de inglés. Desde que llegaba a su casa no me dejaba hablarle en español; incluso años después, ya de adulta, tenía que hablarle en inglés. Como su casa quedaba cerca de la mía, me iba caminando y me sentía grande, además Malke me trataba como si fuera adulta; siempre comenzaba la clase diciéndome: «First of all, call your home and tell your mom you’re here». No era la típica maestra de escuela, con ella no había tareas, sus clases eran muy agradables y de mucha conversación, pero siempre en inglés, siempre me trató con mucho respeto, eso me hacía sentir muy importante, aunque era una mocosa de once años.” •Mónica Kibrit
“Yo tenía Casa Bernstein, la papelera que en aquel entonces le vendía a Manuel Porrúa el papel para sus libros. Porrúa y yo éramos muy buenos amigos, así que un día le dije: «Oye, yo tengo una amiga que tiene un estilo muy peculiar de escribir, no muy serio, no muy grosero. Pero tiene un estilo que quizá te guste.» Así fue como Malke logró publicar sus primeros libros. A partir de ese entonces, Malke siempre me agradecía: «Yo le debo a Jaime todo porque me ayudó a que se publicaran mis libros».” •Jaime Bernstein
“Ella entendía perfectamente cómo la vida y el arte son una misma manera de estar en el mundo.” •Eva Marcovich
“Su casa era también una especie de galería; si entras a la casa donde todavía está Yuri ves en las paredes obra de diferentes pintores.
Malke coleccionaba porque le gustaba el color y porque le gustaba el buen arte.” •Doris Salinas
“Para Malke fue un descubrimiento impresionante poder hablar y convivir con gente que no tenía ningún vínculo con su comunidad y con las personas que ella trataba.” •Alejandra García Brahim
“Hay una cosa con la que uno escribe aparte de con palabras, hay muchos valores literarios, y uno de ellos es algo que se llama sinceridad. Esto no quiere decir que tú seas insincero a la hora de la escritura, pero es preferible que cuando leas sientas que quien está hablando, el narrador o lo que sea, o el poema, que sientas la sinceridad de quien está escribiendo. Eso sí es un gran valor desde el punto de vista de la literatura. Entonces, desde esa perspectiva, la sinceridad literaria creo que también era practicada de una o de otra forma por Malke.” •Francisco Pacheco
“Mis hijos decían: «Ay mamá, bien guapa y bien bonita la señora, pero bien grosera.»” •Inés Noriega Palmero
“Ella era correcta, perfectamente bonita. La primera vez que me habló y que tuve que atenderla, me sacó de onda, pues nunca me habían hablado así, tenía un léxico muy personalizado. Yo no estaba acostumbrada a las groserías, pero ya cuando conocí su historia, su procedencia, entendí que no lo hacía para ofenderte. Era grosera, pero al mismo tiempo cariñosa.” •Fabiola Ramírez
“La mayoría de la gente se acuerda de mamá porque era una mujer muy guapa, la esposa del ingeniero, la mamá de un servidor y de mi hermano, pero sus contribuciones al periodismo, a la escritura y al feminismo en México por parte de una mujer judía, hija de inmigrantes, no son muy conocidas, porque a lo mejor ella no lo difundió de la forma que era, porque no le gustaba, siempre quiso tener un perfil bajo, pero ya ella no está.” •Dan Tartakovski
“Así era Malke, una prolífica autora que lamentablemente no recibió el reconocimiento que su obra merecía, tal vez porque en esos años existían varias ‘capillas literarias’ regidas por hombres demasiado machistas que no permitían y obstaculizaban el ingreso femenino al éxito.” •Eduardo Camacho.
“Ella nunca nos presumió su trabajo, accidentalmente yo recibía el Excélsior y de repente veo Malke Tartakovski, no hay dos Malkes Tartakovski, entonces, le hablé y le pregunté, «¿Eres tú la del Excélsior?». Me asombré muchísimo y después de platicar un rato, le pregunté por qué no nos había dicho nada, «Ay, pues, no». No lo tomó como algo para vanagloriarse; sin embargo, en aquel tiempo el Excélsior era el periódico más importante de México y lo fue por muchos años. No era cualquier cosa escribir ahí.” •Graciela Morquecho
“Dentro de lo que es la personalidad de Malke tenía una cierta cercanía afectiva con un montón de personajes humildes, no me preguntes por qué, pero habrá algunos que se sientan más o menos cercanos o sientan que pueden abordar personajes de la clase media o de las niñas bien, y otros que sienten cierta empatía por este tipo de personajes que están situados un tanto en la periferia social y los ves un tanto desprotegidos, pero simultáneamente también muy vitales y un tanto pícaros. Entonces, creo que por ahí se dio una cercanía con Malke que no era solemne y a veces también era un tanto pícara en las observaciones o en las cosas que hacía. Por ahí debe de haberse dado ese gusto por manejar esos personajes porque de una o de otra forma estaba cercana afectivamente en cuanto a personalidad, en cuanto a psicología a esos personajes.” •Francisco Pacheco
“TEPIS-LAGUNILLA Y ANEXAS Esta zona es la Babel de México. Desde siempre tierra prometida, no de un pueblo nómada o de un grupo perseguido, sino de muchas culturas con sus idiomas varios. Los grupos de la amplia América, los irreconciliables de las provincias conquistadoras de España y, con los siglos, representantes de la plenitud europea, de la recóndita Asia y de África la mágica. Cada una aportó por lo menos una palabra que en esta zona se convirtió en caló, en expresiones herméticas que lo separaron del resto de la capital, del resto del país, del resto del mundo. Salir de la casa centroeuropea para ir a la tienda del gachupas, a la lavandería del chale, al cajón del (sirio) libanés, a la perfumería del franchute o al puesto de brujería del jarocho, forjó el habla de varias generaciones de múltiples orígenes. Y de tanto saborear las palabras y la sintaxis, y de tanto convivir con lo desímbolo, y de tanto amar a México, surgieron los relatos, los poemas, los monólogos, los diálogos y las cartas de este libro escrito en un idioma difícil, que trata de personajes más difíciles aún, pero tran profundamente humanos que se nos vuelven entrañables.” •Alejandro Céssar Rendón.
“Malke llegó al periódico Excélsior después que yo, la conocí entre el 75 y el 80, por alguna razón hicimos buen click, éramos muchos en el periódico. Descubrí a una persona maravillosa. Platicar con ella era bellísimo. Eran impresionantes sus temas y el amor por la familia, tenía una potencia muy especial cuando hablaba de la familia. Era una mujer culta, con mucha imaginación, muy profunda y buena escritora, era una gran amiga. El que me haya invitado a su casa fue muy especial, iba seguido y platicábamos de poesía, de escritores, le gustaban los poetas españoles, era una glotona de libros. Diseñé la portada de su libro Jaula de Agua. Le gustaba imitar a la gente del pueblo, por ejemplo, veía unos policías y los imitaba, lo hacía muy divertido. Fue incluso una confidente para mí, eso no es fácil de encontrar.” •Oswaldo Sagastegui
“Fue de las primeras periodistas judías a nivel nacional, era admirable ya que poca gente ha llegado a los periódicos nacionales dentro de la comunidad y estamos hablando de años atrás, además siendo mujer.” •May Samra
“Malke fue una mujer constante al escribir, lo hizo durante todos los días de muchos años y ese es un factor, inclusive, más importante que su propia inspiración, porque aprendió a manejar la palabra con verdadero conocimiento de ella. Su poesía está organizada de una manera sutil y clara, como su propia personalidad.” •Alejandra García Brahim
“Malke siempre se me figuró como un sol, brillante, cálida, muy inteligente, con gran capacidad, muy guapa, eternamente echada para adelante. Estaba llena de vida con una energía muy impresionante. Si tuviera una palabra que describiera su actitud, que la caracterizaba en las distintas áreas de su vida, sería la intensidad. Era una de las características más comunes en todas las áreas de su vida. Siempre muy arreglada, vivaz, con gran inquietud. Fue una escritora prolífica, muy determinante, llevaba a cabo las metas que se proponían. Además, gustaba de cocinar, de celebrar las fiestas, disfrutar con la familia, de poner una mesa muy bonita, decorada con gran elegancia, muy cuidadosa en los detalles, exigente, con admiración, empezando por la exigencia hacia sí misma, de realizar todo de la mejor manera posible. Se sumergía en las ideas y los relatos que gozaba escribir y mucho lo hacía de madrugada.” •Flora Aurón
“Malke formó parte de la iniciativa de traer escritores jóvenes a la Asociación. Para ese entonces ya había escrito Tepis Company, que es una obra donde la pude conocer realmente como escritora. Posteriormente tuve la satisfacción de acompañarla a algunas presentaciones.” •Jacobo Contente
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